El anuncio de que Javier Culson ha causado mucha conmoción en la prensa local. Principalmente porque nadie parece haberles explicado algunos principios fundamentales de entrenamiento en atletismo, que a su vez explican la decisión de Culson de no participar en los Juegos. La controversia realza el abismo de comunicación que existe entre la comunidad del atletismo y la "prensa deportiva" en Puerto Rico. El COPUR ha decidido victimizarse en este asunto, y junto a la prensa prentenden poner presión sobre el atleta.
El silencio críptico de los técnicos, la victimización del COPUR, y la perolata acéfala de la "prensa deportiva", crean un ambiente de desasosiego que Puerto Rico simplemente no se merece.
El pista y campo es un deporte de extremos. Es importante entender que un adulto promedio sufre un trauma cuando corre 400 metros por debajo de un minuto. Para mejorar ese rendimiento, el adulto que decide convertirse en atleta tiene que entrenar, durante varios años para hacerse competitivo. La mala noticia es que probablemente nunca lo logre.
Un atleta típicamente comienza desde una base de talento mucho más adecuada. Para poder alcanzar un nivel competitivo, un atleta debe comprometerse con un plan de entrenamiento que se organiza en ciclos. Un macrociclo, que típicamente dura un año, se compone a su vez de varios mesociclos que responden a etapas. Las etapas permiten al atleta alcanzar distintos niveles de acondicionamiento de manera escalonada. El énfasis en acondicionamiento también permite al atleta el tiempo y energía necesarios para aprender destrezar adicionales o pulir las que se aprendieron ya.
Esas etapas se conocen como General - Específica- Competitiva. En cada etapa, el atleta entrena a distintos volúmenes e intensidades. Ciertamente, a mayor intensidad, el entrenamiento se torna más nocivo para el atleta. En la etapa competitiva, que como su nombre indica, es la etapa en la que tiene que estar el atleta para poder desempeñar al máximo, las intensidades del entrenamiento son atroces, nocivas e incluso peĺigrosas.
Por eso, la etapa competitiva dura entre ocho y doce semanas. Luego de eso, el atleta no decide descansar. Ocurre un incidente natural, quizás de ahí surge el adagio de "no hay cuerpo que lo resista". El cuerpo, el sistema neurológico, el conjunto musculo esqueletal, y el sistema simpático y emocional detienen lentamente al atleta a medida que avanza la etapa competitiva. Si el atleta no presta atención al paulatino declive de lo mismos, el atleta colapsa, se lesiona y deja de desempeñar. La etapa competitiva duele.
Lo anterior no está abierto a discusión, es ciencia probada. Si la "prensa deportiva" produce un cuerpo de principios científicamente establecidos que permitan una conclusión distinta entonces los invito a citarlo en sus artículos. Mientras tanto, hacen el ridículo.
Javier Culson logró la primera medalla olímpica de Puerto Rico en Londres 2012. Inmediatamente expresó su compromiso para el próximo ciclo olímpico, y desde entones ha seguido su promesa al pie de la letra.
El problema es que los Juegos Centroamericanos están obscenamente ubicados en contraposición con las Olimpiadas de 2016. Los próximos campeonatos mundiales de atletismo se celebrarán a finales de agosto de 2015. Las próximas Olimpiadas se celebrarán a mediados de agosto de 2016. Terminó esta temporada a principios de septiembre, exactamente a uno y dos años de los principales compromisos deportivos para un atleta de su nivel.
Para participar en los Juegos Centroamericanos, Culson hubiera tenido que planificar su macrociclo desde la perspectiva de noviembre de 2014, y entonces dejar de participar en los campeonatos mundiales de 2015 y planificar un macrociclo de etapas hiperxtendidas para las Olimpiadas de 2016. Todo para participar en unos Juegos Centroamericanos.
Hay que atender otro aspecto, los Juegos Centroamericanos no ofrencen a Culson un escalafón importante. El nivel de los juegos no presenta un fogueo importante para el corredor. A Puerto Rico, la participación de Culson no le abona nada. Puerto Rico ha alcanzado varios oros centroamericanos.
La única justificación que podría justificar la participación de Culson en los juegos es una miope visión corporativa de rendimiento, que es la que adopta la "prensa deportiva". En esa visión, Culson es un cuerpo sin expectativas propias, que podemos enviar a nuestros compromisos internacionales sin discriminar nivel o intensidad. Un pedazo de carne al que le podemos pedir que sobreextienda su dolor, asociado a la intensidad del entrenamiento en la etapa competitiva. Simplemente porque se le paga.
Yo no sé la "prensa deportiva", pero yo prefiero que Culson mantenga intachables sus opciones para otra medalla olímpica. Dejen de hacer el ridículo y edúquense k...ones.
Hongadas del Gran Yo
domingo, 28 de septiembre de 2014
jueves, 18 de octubre de 2012
Una foto dormido.
Myrna se levantó ese viernes al amanecer. Salió por la puerta de su habitación al pasillo con paredes muy cercanas entre sí. Entró al baño, luego de empujar la angosta puerta, con el uniforme en la mano. Se miró en el espejo sin saludarse y se lavó la boca con pasta de menta blanca. El aire todavía estaba frío.
Encendió la ducha luego de desvertirse. El calentador de ducha, con la rabiza enroscada en el tubo de la cortina de baño, causó que la iluminación de la bombilla disminuyera. Se percató que en el pecho se le alivió un poco de la tensión permanente que sentía en el corazón. El agua atinaba sus lamentos y frustraciones y por unos breves instantes la bañaba de esperanza y de sosiego.
Vestida caminó por el mismo pasillo, entre bicicletas, zapatos mal ubicados, y los retratos que de vez en cuando el viento tumbaba de las paredes. Eran retratos de sus tres hijos varones, del esposo que ya no está, y de las sobrinas y hermanas que consolaban su añoranza.
Los zapatos rechinaban contra el piso de terrazo. Su uniforme pronto le empezaría a abrigar en exceso y entre el temor al calor y la incertidumbre del transporte colectivo, aceleraba el trámite de la mañana para avanzar a meterse en el frigorifico de la carniceria del supermercado donde trabaja hace trece años.
-¡Enrique y Jorge arriba! - gritó antes de llegar hasta la puerta y pegarle exactamente tres manotazos.
Nunca los esperaba hasta que se despertaran. Jorge de dieciseis nunca despertaba antes de las once de la mañana, y Enrique, el más chico con trece años, apenas y llegaba a la escuela elemental dos o tres veces en semana, cuando mucho. Se dirigió a la cocina atravesando la sala a oscuras. Los zapatos de Jorge estaban al lado de la puerta de entrada.
- Yeor no está ma'i - escuchó desde el pasillo a Enrique.
- Quique, dito mi'jo Junior no vive aquí ya, se fue pa' Nueva Yol, ¿no te recuerdas? - Contestó exasperada.
- ¡Dije Yol! Yol, no está.- aclaró el chico.
- Este pendejo no sabe ni hablar, ¡George!, ¡George, se dice! - rispotó sin dejar de cocinar el desayuno.
- Cómo se diga, no está. - dijo el chico acercándose a la cocina.
Preguntó por el desayuno. La madre no le respondió mientras continuaba buscando utensilios, platos, y cocinando, pero ahora con ademanes y ruidos excesivos. El chico ni se inmutó y se sentó en la mesita al lado de la nevera. Myrna lo regañó por sentarse en calzoncillos y lo mandó a ponerse unos pantalones.
- ¡Ay, ma'i! - vociferó el chico antes de llegar al pasillo.
Myrna no le hizo caso.
- Ma'i, ven acá.- insistió Quique.
La luz ya permitía ver unos pantalones en el suelo frente al sofá. Myrna reconoció los mahones de Jorge al pasarles por encima. Quique se había sentado en el extremo del sofá más cercano a la pared. El chico se hundía en el viejo sofá cama y podía apoyar sus codos en sus rodillas, había entrelazado sus manos en las que apoyaba su boca, debajo de su nariz, la que respiraba de manera contundente. Su miraba se perdía en la pared blanca, mientras que su cabeza giraba nerviosamente hacia el espacio entre el sofá y la pared.
Myrna se acercó para encontrar a Jorge sentado en el piso, con una camiseta roja y en calzoncillos y medias, con los ojos cerrados, las rodillas apoyadas en el sofá y la boca abierta.
- ¿Se quedó ahí dormido? - pregunta Myrna;
- Es como una foto dormido. - contestó Quique.
Myrna lo miró con resignación. Fue al baño, y se permitió el lujo de reconocerse en el espejo. Las arrugas ya delataban su estado de ánimo que no alcanzaba contener. Sentía el corazón latir en su pecho, era una experiencia ya recurrente pero nunca con ese dolor. Levantó las manos por encima de su cabeza y se abalanzó enrojecida sobre una de las toallas decorativas que colgaba en la pared. Ahogó sus sollozos contra la tela estéril cuando escuchó el chasquido rítmico de los goznes de la puerta de entrada del apartamento. Trató de correr hacia fuera pero no pudo. Las piernas ni el aliento le alcanzaban.
Ya empezaba a sudar cuando se quitó el uniforme y se puso una camisa y un pantalón que tenía separados al lado de la canasta de la ropa sucia.
Logró salir afuera, cuando Quique salía del apartamento del vecino con el rostro bañado en lágrimas y acompañado por éste. El hombre traía un teléfono inalámbrico que le entregó a Myrna.
- Es la policía.- le advirtió el caballero.
- Apartamento 202, Edificio 7, de Vista, ... sí ahí mismo. Se llama Jorge Montes Aquino, ... digo se llamaba ..., ¡yo no sé!- dijo antes de explotar en llanto.
Quique agarró el teléfono mientras la esposa del vecino empujó a Myrna hacia el sofá. Quique buscó en la cartera de Myrna hasta que encontró el teléfono del supermercado. Mientras lo marcaba Myrna se deslizó hacia el extremo del sofá. La vecina la trató de agarrar pero Myrna se escurrió de entre sus dedos:
- Yo quiero estar al la'o de él, él vino aquí a morirse ¡bendito!- dijo Myrna con el trino de los sollozos en su voz.
Buscaba la mano derecha que había dejado el chico libre. La izquierda estaba atrapada entre sus rodillas y su barriga. La posición de la cabeza y el cuello también resultaba atípica. Apretaba la mano fría buscando alguna respuesta, como si le quedara algo al chico, convencida que si alguien lo podría extraer era ella. Pero no respondían ni la mano, ni el chico.
La policía llegó y sacó a todo el mundo del apartamento. Cuando entraron la camilla para llevarse el cadáver, Myrna no se pudo contener:
- Estos son los tennis - dijo mientras se avalanzaba para recogerlos, un policía la interrumpió con un ademán severo.
Quique se molestó con el oficial. Pero Myrna le pidió que se tranquilizara.
En el residencial, el día transcurrió como de costumbre. Los curiosos se acercaban mientras calculaban el precio de aquella muerte. No sería mucho, Quique era un chico todavía y Junior ya se había marchado.
Encendió la ducha luego de desvertirse. El calentador de ducha, con la rabiza enroscada en el tubo de la cortina de baño, causó que la iluminación de la bombilla disminuyera. Se percató que en el pecho se le alivió un poco de la tensión permanente que sentía en el corazón. El agua atinaba sus lamentos y frustraciones y por unos breves instantes la bañaba de esperanza y de sosiego.
Vestida caminó por el mismo pasillo, entre bicicletas, zapatos mal ubicados, y los retratos que de vez en cuando el viento tumbaba de las paredes. Eran retratos de sus tres hijos varones, del esposo que ya no está, y de las sobrinas y hermanas que consolaban su añoranza.
Los zapatos rechinaban contra el piso de terrazo. Su uniforme pronto le empezaría a abrigar en exceso y entre el temor al calor y la incertidumbre del transporte colectivo, aceleraba el trámite de la mañana para avanzar a meterse en el frigorifico de la carniceria del supermercado donde trabaja hace trece años.
-¡Enrique y Jorge arriba! - gritó antes de llegar hasta la puerta y pegarle exactamente tres manotazos.
Nunca los esperaba hasta que se despertaran. Jorge de dieciseis nunca despertaba antes de las once de la mañana, y Enrique, el más chico con trece años, apenas y llegaba a la escuela elemental dos o tres veces en semana, cuando mucho. Se dirigió a la cocina atravesando la sala a oscuras. Los zapatos de Jorge estaban al lado de la puerta de entrada.
- Yeor no está ma'i - escuchó desde el pasillo a Enrique.
- Quique, dito mi'jo Junior no vive aquí ya, se fue pa' Nueva Yol, ¿no te recuerdas? - Contestó exasperada.
- ¡Dije Yol! Yol, no está.- aclaró el chico.
- Este pendejo no sabe ni hablar, ¡George!, ¡George, se dice! - rispotó sin dejar de cocinar el desayuno.
- Cómo se diga, no está. - dijo el chico acercándose a la cocina.
Preguntó por el desayuno. La madre no le respondió mientras continuaba buscando utensilios, platos, y cocinando, pero ahora con ademanes y ruidos excesivos. El chico ni se inmutó y se sentó en la mesita al lado de la nevera. Myrna lo regañó por sentarse en calzoncillos y lo mandó a ponerse unos pantalones.
- ¡Ay, ma'i! - vociferó el chico antes de llegar al pasillo.
Myrna no le hizo caso.
- Ma'i, ven acá.- insistió Quique.
La luz ya permitía ver unos pantalones en el suelo frente al sofá. Myrna reconoció los mahones de Jorge al pasarles por encima. Quique se había sentado en el extremo del sofá más cercano a la pared. El chico se hundía en el viejo sofá cama y podía apoyar sus codos en sus rodillas, había entrelazado sus manos en las que apoyaba su boca, debajo de su nariz, la que respiraba de manera contundente. Su miraba se perdía en la pared blanca, mientras que su cabeza giraba nerviosamente hacia el espacio entre el sofá y la pared.
Myrna se acercó para encontrar a Jorge sentado en el piso, con una camiseta roja y en calzoncillos y medias, con los ojos cerrados, las rodillas apoyadas en el sofá y la boca abierta.
- ¿Se quedó ahí dormido? - pregunta Myrna;
- Es como una foto dormido. - contestó Quique.
Myrna lo miró con resignación. Fue al baño, y se permitió el lujo de reconocerse en el espejo. Las arrugas ya delataban su estado de ánimo que no alcanzaba contener. Sentía el corazón latir en su pecho, era una experiencia ya recurrente pero nunca con ese dolor. Levantó las manos por encima de su cabeza y se abalanzó enrojecida sobre una de las toallas decorativas que colgaba en la pared. Ahogó sus sollozos contra la tela estéril cuando escuchó el chasquido rítmico de los goznes de la puerta de entrada del apartamento. Trató de correr hacia fuera pero no pudo. Las piernas ni el aliento le alcanzaban.
Ya empezaba a sudar cuando se quitó el uniforme y se puso una camisa y un pantalón que tenía separados al lado de la canasta de la ropa sucia.
Logró salir afuera, cuando Quique salía del apartamento del vecino con el rostro bañado en lágrimas y acompañado por éste. El hombre traía un teléfono inalámbrico que le entregó a Myrna.
- Es la policía.- le advirtió el caballero.
- Apartamento 202, Edificio 7, de Vista, ... sí ahí mismo. Se llama Jorge Montes Aquino, ... digo se llamaba ..., ¡yo no sé!- dijo antes de explotar en llanto.
Quique agarró el teléfono mientras la esposa del vecino empujó a Myrna hacia el sofá. Quique buscó en la cartera de Myrna hasta que encontró el teléfono del supermercado. Mientras lo marcaba Myrna se deslizó hacia el extremo del sofá. La vecina la trató de agarrar pero Myrna se escurrió de entre sus dedos:
- Yo quiero estar al la'o de él, él vino aquí a morirse ¡bendito!- dijo Myrna con el trino de los sollozos en su voz.
Buscaba la mano derecha que había dejado el chico libre. La izquierda estaba atrapada entre sus rodillas y su barriga. La posición de la cabeza y el cuello también resultaba atípica. Apretaba la mano fría buscando alguna respuesta, como si le quedara algo al chico, convencida que si alguien lo podría extraer era ella. Pero no respondían ni la mano, ni el chico.
La policía llegó y sacó a todo el mundo del apartamento. Cuando entraron la camilla para llevarse el cadáver, Myrna no se pudo contener:
- Estos son los tennis - dijo mientras se avalanzaba para recogerlos, un policía la interrumpió con un ademán severo.
Quique se molestó con el oficial. Pero Myrna le pidió que se tranquilizara.
En el residencial, el día transcurrió como de costumbre. Los curiosos se acercaban mientras calculaban el precio de aquella muerte. No sería mucho, Quique era un chico todavía y Junior ya se había marchado.
jueves, 28 de julio de 2011
Cómo que falta información para el gasoducto?
El Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos aparentemente le informó a un periódico de circulación general que el gobierno del Estado Libre Asociado de Puerto Rico no le ha provisto toda la información necesaria para aprobar varias etapas de la construcción del infame proyecto del gasoducto.
Para resolver una crisis energética causada en Puerto Rico por las variaciones en los precios del crudo y su derivado, la Autoridad de Energía Eléctrica propuso la construcción de un gasoducto que riegue gas natural a tres plantas generatrices ubicadas en Cambalache - Arecibo, Palo Seco - Cataño, y San Juan. La autoridad cambiaría los dispositivos de combustión de dichas plantas para poder quemar el gas natural y así mover las turbinas que producen corriente alterna de electricidad por medios electromágneticos.
Esto no es una mala idea. El problema es que está atrasadísima, y para implementarla hay que rajar el país por la mitad. En principio la tecnología no es nueva. Lo que pasa es que ahora es que nos la quieren vender. Si bien esto hubiera hecho sentido hace veinticinco o treinta años atrás, la realidad es que hoy no hay razón para comprar esta energía. Lo que pasa es que por allá en el Norte está buscando otras opciones para mantenerse competitivos con otros paises, y para ello necesitan salir de la tecnología y materiales que dejarían de consumir. Para no afectar las economías de los sectores energéticos que producen tanto la tecnología como el gas natural, han fabricado un gran rollo de tecnología y combustible, lo han metido en un tubo, que ahora nos quieren empujar.
Después de resolver la crisis energética local con el supositorio de tecnología y combustible en grado avanzado de obsolescencia; los del Norte resolverán su propia crisis energética con la teconología state-of-the-art que en parte sufragarán con la comida de culo que nos van a dar. Entonces volveremos a mirar hacia el Norte y a decir "¡¡¡¡¡¡¡¡Aaaaaaaaahhhhhhh!!!!!!!! En el Norte todo es mejor. Luego de que se cansen de nuestro trasero, nos venderán la próxima tecnología desacreditada que aparezca.
Eso me recuerda un cuento de un amigo que tenía una guitarra zurda. No era una mala guitarra, pero quería una nueva y mejor. Para pagarla, convenció a otro muchacho que no era músico, y sí contratista, que le comprara la guitarra, y que mi amigo le enseñaría. El muchacho compró la guitarra y como no tenía inclinación por la música, dejó de usar la guitarra al mes de comprarla. Mi amigo, obviamente, no le quiso devolver el dinero, porque no lo tenía. Mi amigo es tremendo cabrúfalo, pero pendejo fue el que se compró la guitarra sabiendo que no la iba a usar.
Algo así me parece que va a suceder con el gasoducto. Luego de implementarlo y empezar a operarlo, la Autoridad va a empezar a retornar a la quema de combustible líquido, pues los problemas y dificultades asociadas a transportar todo el gas desde Peñuelas hasta San Juan se van a hacer manifiestas. Entonces, tendremos que dedicarnos a producir culos artificiales en dónde meternos el tubito, porque con los cuatro millones que tenemos disponibles no da a vasto.
La ruta del gasoducto es similar a la de las pocas carreteras que cruzan la isla de Sur a Norte (La 142, la 155, la PR-1, y el expreso 52, entre otras). Así que porqué tanta ñoña con el diseño. Pues porque está cabrón que el tubo rajará varias reservas forestales y pueblos por el mismo medio; y es una fucking mala idea transportar gas por sitios donde el gobierno no se atreve a transportar otras cosas.
Ya, por eso. Es sencillo. El tubito va a estar lleno de gas flamable. Si explota, se jodieron las reservas y aquellas estructuras que ubiquen en el radio de la explosión.
Así que el Cuerpo de Ingenieros debe de dejarse de paños tibios y ponerse Calle 13 con el Gobierno de Fortuño y decirle: "Permit Denied" Reasoning: "Because its a fucking, stupid, bad idea, Hijo de Puta".
El próximo titular al respecto debe leer: ¡¡¡¡Gasoducto: fokin mala idea!!!!.
El mensaje debe ser mucho más "lean" que toda esta bazofia ultra-intelectual de que si la huella física, la interrupción de los cuerpos de agua, que si los pichones de guaraguao... ¡¡¡¡NOOOOOOO!!!!!
El gasoducto es una fukin mala idea porque está tarde y porque es peligroso. ¡¡¡¡YA!!!!!, sencillo. No le busque más patas al gato.
miércoles, 25 de mayo de 2011
Como me mata
No sabes como me mata
tu obstinada frigidez voluntaria
el látigo de tus besos bañados en plata
y el desprecio de tu lengua "argentaria"
Se apaga cansado el deseo
al sentir la brisa liviana
cambia de ruta el paseo,
prefieres la senda cotidiana
El soplido que antes era un juego
Tórrido en la intimidad
ahora es un cáncer disfrazado de apego
Temporal que aniquila mi virilidad
El soplido templado que antes refrescaba la faena
Es el siniestro maldito que ahora me envenena
lunes, 23 de mayo de 2011
Anok
Hace algún tiempo ya que formulé mi propuesta sobre la mitología católica y lo que significa para mí. No voy a repetirme porque repetirse es mofarse de uno mismo.
Sin embargo, mientras cojo de pendejos a los nenes, me doy cuenta que todo este mito es una manera de convencerlos que hagan y se abstengan de hacer ciertas cosas durante el resto del año. Me imagino al primero que se le ocurrió este chantaje, y le llamaré Anok.
Anok estaba en su casa y Anokcito estaba jodiendo, portándose mal, y fustigando las gallinas con un palito y Anok le dijo: "El Sol no te va a traer regalos el día de Solsticio de Verano si no te portas bien" (Anok y su tribu vivían en el Hemisferio Sur.) El chamaquito miró al Sol, y como no pudo quedarse mirando, no lo pudo interrogar. Así que para no arriesgarse se portó bien.
Anokcito se lo contó a sus amiguitos y así hasta que la información le llegó a Pachuk el jefe de la tribu. Allí este, que no le gusta la competencia, y menos con algo tan poderoso como el Sol dijo: "Déjame hablar con Anok", y lo visitó a su casa. Y hablaron durante diez días y diez noches, porque esos antiguos eran unos exagera'os.
Y llegaron a una serie de entendidos, primeramente, los protagonistas tenían que ser personas y no astros como el Sol, porque quién carajo va a creer que el Sol va a llegar hasta la tierra a traer regalitos. Imposible!!!!! Más fácil y creible es que un niño recién nacido visite todas las casas de la tierra y discierna, sin conocerlos, cuál fue el comportamiento de cada niño.
Bueno, luego de acordada la esencia del visitante, hay que imbuirlo de alguna especie de divinidad; y aquí fue que se jodió la cosa, porque el cuento se hizo tan inverosímil, que hubo que creerlo por fe.
Y así han seguido componiendo el cuento con toda clase de pendejadas, para que Pachuk siga siendo el jefe de la tribu, y a Anok, Anokcito no lo joda más.
Feliz Navidad, ahí os dejo ...
Sin embargo, mientras cojo de pendejos a los nenes, me doy cuenta que todo este mito es una manera de convencerlos que hagan y se abstengan de hacer ciertas cosas durante el resto del año. Me imagino al primero que se le ocurrió este chantaje, y le llamaré Anok.
Anok estaba en su casa y Anokcito estaba jodiendo, portándose mal, y fustigando las gallinas con un palito y Anok le dijo: "El Sol no te va a traer regalos el día de Solsticio de Verano si no te portas bien" (Anok y su tribu vivían en el Hemisferio Sur.) El chamaquito miró al Sol, y como no pudo quedarse mirando, no lo pudo interrogar. Así que para no arriesgarse se portó bien.
Anokcito se lo contó a sus amiguitos y así hasta que la información le llegó a Pachuk el jefe de la tribu. Allí este, que no le gusta la competencia, y menos con algo tan poderoso como el Sol dijo: "Déjame hablar con Anok", y lo visitó a su casa. Y hablaron durante diez días y diez noches, porque esos antiguos eran unos exagera'os.
Y llegaron a una serie de entendidos, primeramente, los protagonistas tenían que ser personas y no astros como el Sol, porque quién carajo va a creer que el Sol va a llegar hasta la tierra a traer regalitos. Imposible!!!!! Más fácil y creible es que un niño recién nacido visite todas las casas de la tierra y discierna, sin conocerlos, cuál fue el comportamiento de cada niño.
Bueno, luego de acordada la esencia del visitante, hay que imbuirlo de alguna especie de divinidad; y aquí fue que se jodió la cosa, porque el cuento se hizo tan inverosímil, que hubo que creerlo por fe.
Y así han seguido componiendo el cuento con toda clase de pendejadas, para que Pachuk siga siendo el jefe de la tribu, y a Anok, Anokcito no lo joda más.
Feliz Navidad, ahí os dejo ...
Los diez mandamientos según el Gran Yo.
El primer mandamiento dice: amarás a Dios sobre todas las cosas, porque a Dios no le gusta la competencia.
El segundo dice, no tomarás el nombre de Dios en vano, porque podría estar en algo serio y sacarlo de concentración y kataplum la jodiste, como pasó con lo del terremoto.
El tercero dice: Santificarás las fiestas, porque ya les dije a Dios no le gusta la competencia pero sí que lo añoñen.
El cuarto dice: honrarás a padre y madre, ahí me cogieron no sé que carajo le pasó que iba tan bien y aquí se salió totalmente del tema.
El quinto dice: no matarás. oye coño que no le gusta la competencia.
El sexto dice: no cometerás actos impuros, porque engendrarle hijos a vírgenes es un acto estrictamente divino.
El septimo dice: no robarás, porque aunque todos seamos iguales no significa que todos podamos tener las mismas cosas.
El octavo dice: no dirás falso testimonio ni mentiras, pero debo aclarar que este no le aplica a los abogados.
El noveno dice: no consentirás pensamientos ni deseos impuros, uno que constantemente me encargo de violar, con pasmosa inventiva.
Y por último el décimo dice: no codiciarás los bienes ni la mujer ajenos, porque carajo eso no es lo mismo que robar!
Un vinito y a su salud!
El segundo dice, no tomarás el nombre de Dios en vano, porque podría estar en algo serio y sacarlo de concentración y kataplum la jodiste, como pasó con lo del terremoto.
El tercero dice: Santificarás las fiestas, porque ya les dije a Dios no le gusta la competencia pero sí que lo añoñen.
El cuarto dice: honrarás a padre y madre, ahí me cogieron no sé que carajo le pasó que iba tan bien y aquí se salió totalmente del tema.
El quinto dice: no matarás. oye coño que no le gusta la competencia.
El sexto dice: no cometerás actos impuros, porque engendrarle hijos a vírgenes es un acto estrictamente divino.
El septimo dice: no robarás, porque aunque todos seamos iguales no significa que todos podamos tener las mismas cosas.
El octavo dice: no dirás falso testimonio ni mentiras, pero debo aclarar que este no le aplica a los abogados.
El noveno dice: no consentirás pensamientos ni deseos impuros, uno que constantemente me encargo de violar, con pasmosa inventiva.
Y por último el décimo dice: no codiciarás los bienes ni la mujer ajenos, porque carajo eso no es lo mismo que robar!
Un vinito y a su salud!
Frunce
Abraza en soledad y agarra aire
Vacila sin opción, guarda el vacío
Sereno que pregona para nadie
Cansancio que no llega al hastío
Llora en el caudal electrónico
Siembra de flores el redil
Objeta el movimiento tectónico
Interpreta un delirio febril.
Cierra los ojos, frunce el ceño
azabache en la oscuridad restricto
Llora en la lluvia, silba al viento
Almenara para un barco derelicto.
Vacila sin opción, guarda el vacío
Sereno que pregona para nadie
Cansancio que no llega al hastío
Llora en el caudal electrónico
Siembra de flores el redil
Objeta el movimiento tectónico
Interpreta un delirio febril.
Cierra los ojos, frunce el ceño
azabache en la oscuridad restricto
Llora en la lluvia, silba al viento
Almenara para un barco derelicto.
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