No sabes como me mata
tu obstinada frigidez voluntaria
el látigo de tus besos bañados en plata
y el desprecio de tu lengua "argentaria"
Se apaga cansado el deseo
al sentir la brisa liviana
cambia de ruta el paseo,
prefieres la senda cotidiana
El soplido que antes era un juego
Tórrido en la intimidad
ahora es un cáncer disfrazado de apego
Temporal que aniquila mi virilidad
El soplido templado que antes refrescaba la faena
Es el siniestro maldito que ahora me envenena