En casa cuatro flores me enseñan a amar.
Resuelven a su favor todos mis conflictos.
Contra la razón prevalecen invictos
Ahogan mi rebeldía, como el sol en el mar.
Mi empeño se atavia de resignación
Concurre con la urgencia de un reclamo
Se somete sumiso como la bestia al amo
Sin remordimientos, ni esperar redención.
A cambio el destino me deja un sitio
Donde se mezclan él, el hoy, y el ayer
Donde escapo del amor, y el desquicio
Vive en una esquina mi ajuar y mi plantel
En otra el archivo de mi compromiso
Y hay otra donde yace lo que siempre quise ser ...
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